A grandes rasgos, los beneficios que se obtienen son de dos tipos. Por un lado estos sistemas ayudan a disminuir los costos de producción y los desechos al optimizar el uso de insumos. Además, los datos más precisos ayudan a tomar mejores decisiones y, por ende, se pueden obtener mayores rendimientos.
Desde maquinaria agrícola autónoma hasta sensores para medir humedad y reconocer plagas, estos procesos automatizados y los dispositivos de IoT han permitido una producción más eficiente y con menor riesgo.